Make up a story for children between the ages of 3 and 6. The story will talk about the characteristics and properties of the plant, lavender. The characters will be a bee and a 5-year-old boy, the environment where the story takes place will be in the garden of their house, in the countryside. It will be an educational story, without violence, providing information and values, with friendly and happy language. The end of the story reveals to the child that bees are our allies and that some plants offer us many alternatives due to their healing properties. The story has a short duration.
Título: La Aventura de la Abeja y el Niño en el Jardín de Lavanda
Había una vez en un hermoso jardín en el campo, un niño de cinco años llamado Tomás. Tomás amaba explorar su jardín lleno de flores de colores y árboles frutales. Un día, mientras jugaba cerca de un grupo de plantas moradas, vio a una pequeña abeja zumbando alegremente.
“¡Hola, pequeña abeja! ¿Cómo te llamas?”, preguntó Tomás con curiosidad.
“¡Hola, Tomás! Soy Beatriz, la abeja. Vivo aquí en el jardín y amo las flores de lavanda”, respondió la abeja con una voz dulce.
Tomás se acercó y miró las flores de lavanda. “¿Por qué te gustan tanto las flores de lavanda?”, preguntó.
Beatriz sonrió y explicó: “Las flores de lavanda son muy especiales. Tienen un color hermoso y un aroma delicioso. Además, son muy importantes para mí y para mis amigas las abejas. Nos dan néctar, que es nuestra comida”.
“¡Guau! No sabía que las flores podían ser tan útiles”, dijo Tomás, mientras olfateaba la lavanda. “¿Y qué más hacen las flores de lavanda?”
“¡Oh, hay muchas cosas!”, exclamó Beatriz. “Las flores de lavanda también son buenas para los humanos. Se pueden usar para hacer jabones, aceites y hasta tés que ayudan a calmar y relajar a las personas. ¡Son como pequeñas medicinas de la naturaleza!”
Tomás se emocionó. “¡Qué increíble! Así que las flores de lavanda nos ayudan a sentirnos mejor. Y tú, Beatriz, también nos ayudas al polinizar las plantas. ¡Eres una gran amiga del jardín!”
“Así es, Tomás”, dijo Beatriz mientras danzaba en el aire. “Las abejas y las flores trabajan juntas. Nos necesitamos unos a otros para hacer del mundo un lugar hermoso y saludable”.
Tomás sonrió y miró a Beatriz volar de flor en flor. “Prometo cuidar de las flores y de ti, Beatriz. ¡Gracias por enseñarme sobre la lavanda!”
Y así, Tomás y Beatriz se volvieron grandes amigos. Tomás aprendió que las abejas son nuestros aliados y que las plantas como la lavanda nos ofrecen muchas alternativas gracias a sus propiedades curativas. Desde ese día, cada vez que veía flores de lavanda, recordaba su hermosa aventura en el jardín.
Fin.
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